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DROGAS   Y   ADOLESCENTES

 

 Hay una creciente problemática en cuanto al uso, abuso y dependencia de substancias psicoactivas en adolescentes y preadolescentes. Lo más habitual es el consumo de cannabis y alcohol, pero también nos podemos encontrar con consumidores cada vez más jóvenes de cocaína, anfetamina, crack y todo tipo de drogas sintéticas de última generación.

Dependiendo de la gravedad del problema se puede tratar de forma ambulante o residencial.

 

Existen unas diferencias importantes entre el consumidor de drogas joven o menor de edad y los toxicómanos de larga evolución.

En el adolescente el problema suele ser percibido por sus padres, pero él mismo le resta importancia. Por lo general, los adolescentes aún no han tenido suficientes experiencias verdaderamente desastrosas con las drogas como para tocar fondo y querer cambiar. Este aspecto de la motivación y la voluntad cambia radicalmente el enfoque del tratamiento y por estas mismas razones se desaconseja el tratamiento grupal si no existe una verdadera motivación. Los grupos de adolescentes “obligados” a terapia suelen reforzarse entre ellos conductas no adecuadas y no se prestan apoyo mutuo para mejorar.

Tampoco tiene mucho sentido mezclar personas mayores con graves adicciones a la cocaína o la heroína, muchas veces con un largo historial delictivo, con adolescentes consumidores mayormente de cannabis que acaban de asomarse al mundo de las drogas..

 

En ReeseT ofrecemos para estos casos un internamiento en unidades de acompañamiento intensivo, individuales, donde el adolescente vive solo con su educador, lejos de los estímulos de su medio habitual. Así conseguimos parar el consumo de la droga durante suficiente tiempo para proporcionarle otros enfoques sobre su vida y las drogas mediante la estrecha relación con el educador.

En los casos más graves podemos proporcionar una desintoxicación en una clínica privada colaboradora antes de comenzar el tratamiento. 

 

 

 PREVENIR ES MEJOR QUE CURAR

 

 Es importantísimo que los niños tengan toda la información necesaria sobre los riesgos de las drogas antes de alcanzar la pubertad, después a menudo harán más caso a los amigos que a los padres. No dejen esta parte de la educación solamente en manos de los profesores y del sistema estatal. Para el niño cuenta mucho más la opinión de sus padres que la de cualquier otra persona, al menos antes de la pubertad. Y no solamente importa la información sobre las consecuencias negativas, también necesitan saber sobre las consecuencias positivas a corto plazo para no dejarse engañar por ello y, sobre todo, necesitan saber cómo enfrentarse emocionalmente a situaciones sociales relacionadas con drogas. Si necesita ayuda para dar la información correcta, no dude en consultar a un profesional, se puede ahorrar años de sufrimiento para toda la familia.